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¿Dónde, en qué lugar del tiempo se han perdido nuestros valores?

¿Dónde, en qué lugar del tiempo se han perdido nuestros valores?

Generales. (por Martha Bertola Paterlini)No recuerdo cuanto tiempo hace que gradualmente por zona, por barrio, se fueron instalando los mal llamados “contenedores de basura”. Todos los recibimos con satisfacción, creímos que así se solucionaba el feísimo problema de la basura cubriendo veredas y calzadas. No me considero mejor que nadie, si me creo respetuosa de las normas, por mi casa todas las madrugadas pasaba el camión recolector, lo más tarde posible, antes de irme a la cama depositaba en el cordón de la vereda una bolsa con los residuos del día. Por supuesto eso no impedía que “los graciosos de la noche”  o los hurgadores rompiesen las mismas, unos por estúpida diversión y otros por desgraciada necesidad. Por cierto fui testigo de vecinos que depositaban la basura por la mañana, cuando se iban a trabajar y conscientes de que permanecería allí todo el día y de otros que simplemente la tiraban por el balcón para evitar la molestia de bajar unos escalones.  Eso propiciaba la calle cubierta de mugre toda la jornada  y todos sufriendo esa situación. “Los uruguayos somos así, sufridos, resignados, ¿indiferentes? Parece que algún día un gobernante municipal se dio cuenta de la suciedad, del desagradable desaseo de las calles y, después de mucho estudiar la situación, viendo la mala imagen que ofrecíamos decidió comprar los contenedores. ¡Qué alegría! No tengo idea de lo que costó en dinero, fue, o creímos que era, una buena inversión. Solucionaba un problema importante, nuestras calles lucirían impecables, no habría una hora fija para sacar las bolsas de basura, el camión recolector, pasaría todas las noches a vaciarlos y podríamos pasar por las veredas sin andar esquivando deshechos. La colocación fue lenta, de a poco, primero los barrios más privilegiados, luego, los más humildes, las cosan cuestan en nuestro paisito, no se resuelven así, en semanas o meses, todo lleva años, ni sé si ya se instalaron en todas las zonas. Lo que si se es que en lugar de resolver un problema los contenedores lo han agravado. Los rompen y los queman. Los recolectores eligen lo que les sirven y tiran todo lo demás fuera. Al salir a la calle por la mañana observamos que  alrededor de ellos pulula la basura, el mal olor, la visión deprimente, la lógica contaminación. Surgen preguntas ¿pasa el camión recolector todas las noches? Son los ya deformados contenedores lavados con la debida frecuencia? ¿Porqué la mayoría están rotos y cuesta abrirlos para volcar los residuos? ¿Quiénes son los destructores, que escriben, rompen, destruyen con total impunidad lo que ha costado esfuerzo, dinero, tiempo y que se ha llevado sin duda gran parte de los impuestos que paga Don Pueblo? Todo esto,  es feo y  desalentador pero hay algo más triste e inhumano: los carritos tirados por esos pobres y flacos caballos que no deberían en modo alguno circular por la ciudad, llevan muchas veces niños que deberían estar en la escuela y no revolviendo basura. Durante el día observo con tristeza personas buscando algo para comer dentro de las sobras. Hay gente que duerme allí dentro peligrando, lo hemos visto recientemente, ser triturados por el camión recolector al no ser vistos por el personal que lo maneja. Todo esto que escribo no es sólo una queja, es un dolor para los uruguayos. Es tan lindo nuestro país, nuestras tierras fértiles, nuestros mares, nuestra rambla. ¿Habrá cambiado la tan mentada calidez de nuestras gentes? ¿Será que de verdad somos ingobernables? ¿Será que la educación está fallando totalmente? ¿Dónde, en qué lugar del tiempo se han perdido nuestros valores?

1 comentario

Melina -

Muy buenas y tristes fotos. Es una pena que reflejen la realidad uruguaya.