Inundaciones..."Lo recuerdo muy bien, fue un desastre para el país"
Generales. (por Martha Bertola Paterlini). “Las inundaciones de abril de 1959 en Uruguay fueron la ocupación por parte del agua de zonas habitualmente libres de ésta, por desbordamiento de varios ríos debido a lluvias torrenciales. Fueron las mayores registradas en el país. A partir del 24 de marzo comenzó a llover en todo el territorio uruguayo y no escampó hasta el 23 de abril. Esta inesperada situación desbordó las previsiones y los recursos y generó una catástrofe nacional”.
Todos tenemos acceso en estos tiempos a toda clase de información a través de los distintos medios. Pero no todos tenemos la edad suficiente para haber vivido personalmente lo terrible de las inundaciones del 1959. Lo recuerdo muy bien, fue un desastre para el país. Viviendo en Montevideo rural, vi como se perdían las plantaciones y la difícil situación que vivimos porque era mínima la producción que se recogía para la venta y aun para la alimentación de nuestras familias. Además de perder los frutos, se perdieron muchos árboles que no pudieron sobrevivir a los suelos anegados. Quién vive en y del campo sabe lo que significa perder el trabajo de todo el año y el costo que insumió. Ahora, en el 2014, estamos viviendo una situación similar que espero no llegue a ser tan terrible como la del 59. Podemos imaginar, pero no vivir el sentir de los miles de personas evacuadas, sólo ellos saben lo terrible de su situación. Generalmente son las viviendas más humildes, las edificaciones menos sólidas las que se ven inundadas porque han sido edificadas en lugares más expuestos a la cercanía de arroyos y cañadas. ¿Pensamos los que tenemos la suerte de vivir bajo un techo seguro lo que han de sentir esos hermanos nuestros viendo perder todas sus pertenencias y quedarse sin nada? He visto por televisión gente sentada sobre los techos de sus viviendas, negándose a abandonarlas para no sufrir también el despojo de sus casas por los delincuentes que, por desgracia y por más que queramos ignorarlo o taparlo, son también para nuestro país una plaga que crece cada día. Hace muchos años que vivo en la ciudad de Montevideo, tengo conciencia de que la intensidad de las lluvias que según pronósticos van a continuar, perjudican en muchos aspectos, en el turismo de gran importancia para el país, en la gente del carnaval que también pierde mucho dinero al no poder actuar, en los comerciantes que ya sea en locales o a la intemperie ven disminuidas sus ventas pero no los impuestos y servicios que no pueden librarse de pagar, la lista sería interminable. Prefiero, por mi origen humilde y rural y por lo que soy como persona, solidarizarme de corazón con la gente del campo, con los evacuados y con los más pobres en medios económicos aunque muchas veces son los más ricos en valores y sentimientos.
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Marcelo -